domingo, 27 de enero de 2013

Tanto maldito invierno y tanto frío.




Tanto maldito invierno y tanto frío, tanto hielo en la mirada y este absurdo corazón que ha dejado de latir. Parado, sin gracia, como los puntos suspensivos de cualquier libro que dejas a medias.

Todavía no sé por qué estoy donde estoy, como he llegado hasta este punto y como voy a salir de aquí.
No recuerdo cómo era querer de verdad, querer a morir y morir queriendo. No lo recuerdo pero sigo teniendo esa estúpida manía de escribir ‘amor’ en espejos y cristales, como si eso fuese a cambiar mi vida.

Si llegara a encontrar lo que deseo, dejaría de ser tarde, dejarían de existir los puntos suspensivos, los puntos finales, los libros que te dejas a medias..

No existiría nada de eso, no si detrás de la sonrisa más increíble del mundo estuviese la persona que me cambiase la vida, que sacudiera mis dudas, que me revolviese el pelo y me estrujase fuerte.

Si yo pudiese, si se hiciese realidad..
sería un día de fiesta, de brindar, de emborracharme y de perder la cabeza en cualquier calle de Madrid. Dejaría de tener hielo en la mirada, de congelarme por fuera y por dentro como lo estoy haciendo.

Se me olvidaría todo, si lo tuviera sería distinto, estoy segura, dejaría de hacer frío.